La recolección de la uva es en forma manual en cajones de 18 kilos. Determinamos el momento de cosecha de cada cuadro de viña teniendo en cuenta las máximas expresiones organolépticas de las uvas, esto lo logramos a través de la degustación de uvas en el viñedo.
El proceso de fermentación lo dirigimos controlando las temperaturas de los mostos hasta que llegan a ser vinos. Evaluamos rigurosa y continuamente la evolución de los caldos tanto desde el punto de vista analítico como sensorial ,y así a través de distintos tiempos de maceración, contacto con borras, piages, delestages, y otros procesos, logramos la mejor de las expresiones en cada uno de los vinos que artesanalmente creamos.
Más tarde cada vino descansa en barricas o en pequeñas piletas subterráneas (70-140 Hl.) con una temperatura estable de 18-20 ºC, hasta el momento en que es envasado. Una vez en botella el reposo lo hace en nuestra pequeña sala de estacionamiento especialmente acondicionada para el mejor de los descansos.
Nuestra forma de trabajar es aplicando profesionalmente las más actuales técnicas enológicas a la vez que tratando con mucho cuidado y esmero cada cuba y cada botella de vino.
La infraestructura en la bodega tiene los elementos básicos para elaborar en volúmenes pequeños distintos vinos y así encontrar la personalidad que el terruño nos ofrece, y eso es lo que define nuestra propia identidad.